Según varias fuentes informáticas, el reino animal se encuentra frente a un nuevo y temible obstáculo. Peor que la tala de árboles, peor que el calentamiento global, peor que la caza desmedida. Una epidemia de clamidia entre koalas en Australia. Esto nos obliga a plantearnos una pregunta controversial e incómoda:
¿QUIÉN SE ESTÁ COGIENDO A LOS KOALAS?
En serio, todo mal.
Aparentemente, no es suficiente que mueran sino que además, deben morir de una de las formas más humillantes, hecho al cual cualquier persona que se encontró obligada a realizar una llamada embarazosa luego de ser diagnosticado con herpes puede atestiguar.
La primera manera de luchar contra este mal es encontrar la fuente. Obviamente, el culpable no se entregará fácilmente. Por suerte, he podido poner en práctica mis habilidades de detective.
Para atrapar a un criminal, uno debe encontrar al sospechoso que haya tenido oportunidad, medio y motivo. Para encontrar los primeros dos, no hacía falta mucha investigación. Nuestro culpable debe poseer genitales, debe vivir en y/o conocer la escena del crimen (Australia) y debe tener influencias suficientes como para encubrir el crimen.
El problema yace en el motivo. ¿Por qué? ¿Qué lanzaría a un ser humano a cometer tal atrocidad hacia un pobre e indefenso animal? Muchos se dirán “Ellos se lo buscaban, andando desnudos y colgándose de ramas fálicas”. Eso nadie lo cuestiona, pero es una cuestión de principios morales y de responsabilidad.
A continuación, mi lista preliminar de sospechosos.
Steve Irwin
alias El cazador de cocodrilos
alias El cazador de cocodrilos
Esta epidemia comenzó hace varios años, así que el pequeño Steve ya no tiene la famosa defensa de “Ay, pero si yo estoy muerto”. ¡No me vas a engañar, cazador de pestes! Sólo miren a esa cara. No me digan que parece inocente. La lujuria y el frenesí saltan de sus ojos.
Paul Hogan
alias Crocodile Dundee
alias Crocodile Dundee
Clásico caso de crimen pasional. Embriagado por celos y metanfetaminas, Paul vio a su carrera desplomarse mientras que los koalas robaron su antiguo rol como “mascota preferida de Australia”. Si él no podía ocupar ese puesto, entonces nadie podía.
Mel Gibson
alias Mad Max alias Sargento Riggs alias el psicópata que atacó a dos policías porque pensaba que eran judíos
Fuaaaaa… Sí, lo dije. Ningún motivo es más sencillo que el viejo y querido “ataque enloquecido impulsado por alcohol”. Esto no sería la cosa más enferma que ha hecho. Recuerden La Pasión de Cristo.
Si llegan a encontrar a cualquiera de estos tres individuos, por favor, no intenten aprehenderlos solos. Contacte a las autoridades y permanezca a una distancia segura. A menos que encuentren a Steve Irwin. En ese caso, llamen a un exorcista.
Pepe
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